lunes, diciembre 24, 2007

Tarde



Manga de putos, ¿ahora se acuerdan de hacer los goles?
Y contra Alemania en los cuartos de final, ¿en qué carajo estaban pensando ustedes dos?

martes, diciembre 18, 2007

El Fútbol y los Hinchas

Yo tuve mi época de fanático. Empezó cuando el cuervo se fue a la B. Esa hermosa demostración de amor(?) que dimos los hinchas recaudando los sábados, con entrada más barata, más que River y Boca. Teniendo en 1982 el récord de asistencia en la cancha de River(!), que duraría hasta la final del la Libertadores del 86. Y, por supuesto, volviendo a primera.

Después de eso quedé fanatizado y seguía todo de cerca. Iba a la cancha y todo.
Ni siquiera haber sido cagado a piñas en la cancha me alejó.
Pero un día me di cuenta de que algo andaba mal. Fue cuando San Lorenzo iba derrapando por la mitad de la tabla pero a Passet no le hacían un gol desde no sé cuántos minutos. Pero un viernes a la noche y sobre la hora, a Ferro le dan un penal y le meten el empate a Oscarcito, que iba camino al récord de Barisio. Eso me amargó todo el fin de semana pero me hizo ver que algo no estaba funcionando bien. No podía ser algo así. Probablemente ni Passet haya estado tan encabronado como yo.

Eso fue más o menos en el 93. A partir de ahí mi fanatismo fue decayendo. Y finalmente me retiré de la práctica activa del hincha a ultranza cuando dimos la vuelta en el 95. Ví lo que tenía que ver (Argentina '86, y mi equipo campeón) y me retiré.
Claro que discutir de fútbol es divertido y lo sigo haciendo. En general me gusta llevar la contra y hacer enojar a todos. Y el fútbol -perdonenmé- es una actividad tan pelotuda hoy en día, que se puede sustentar cualquier idea con un poco de estadísticas. De más está poner de ejemplo este mismo blog, que no hay quien pueda rebatir ninguna de las ideas en las que en él se exponen.

Pero toda esta introducción viene para algo útil. Empíeza el post:

Es increíble que hoy, en 2007, la gente todavía siga conservando ese clásico fanatismo de los años 70/80 como si el tiempo no hubiera pasado. Como si los jugadores fuesen del mismo "tipo" que antes. Como si les interesase de verdad el club para el que juegan. Como si hubiese pibes que la rompen por su club, y que si un año les va mal, esperan ansiosos el próximo para demostrar que sí valen y que el hincha los vuelva a aplaudir. Como si se pudiese cantar "clásicos" como "eeh chupe chupe chupe, no deje de chupar, Insúa es lo más grande dle fútbol nacional".
Nada de eso sigue vivo, pero el hincha está firme ahí, garpando su entrada y su codificado para poder ver al club de sus amortes. Sólo que ahora el amor no es recíproco y le meten los cuernos con el primero que pasa. Todos putas.
Hoy en día los jugadores tienen 25 años y ya están "pegando la vuelta de Europa" porque extrañan. Hoy en día desde que ponen un pie en el césped en un partido de la tercera, ya están mirando de reojo la tribuna para ver si hay alguno de corbata europeo que vino a "seguirlo". Y mientras lo hacen, vos gritás y te quedás afónico. Vos te levantás temprano para hacer una cola y sacar entradas. Vos hacés las mil y una para llegar vivo de vuelta de un partido en Sarandí o Rosario.
Esto que digo no es nuevo. Seguro que dijiste "¿qué tiene de malo que ganen guita ellos y no los hijos de puta de los políticos?" (sólo por poner un ejemplo). Pero en algo que te voy a decir, no pensaste.

Decime una cosa... ¿viste ese panadero de la esquina que hace esos vigilantes tan ricos? ¿vos alguna vez fuiste a la panadería cuando los amasa para cantarle "no es ni el Loco ni el Pato es el panadero y su vallet"? ¿Acaso tirás papelitos cuando saca una bandeja de cuernitos del horno? La respuesta es no. Y si bien del otro lado hay un panadero que se esfuerza día a día por hacer sus facturas bien ricas, lo hace simplemente para que las compres y poder hacer unos mangos. Para que vos le des un medio de manutención comprando lo que él vende. Pero si mañana se le termina el alquiler del local, o si abre otra panadería mejor o más barata en la esquina, el tipo junta sus bártulos y se va al mismísimo carajo, a otro barrio, a otra ciudad o país si hace falta, y empieza a venderle los churros a otro como vos, que los va a comer con gusto. Y no solamente no te va a extrañar sino que ese panadero no te va a ir a tocar el timbre primero antes de irse para decirte "adiós". No se va a ir a despedir de tus chicos que tantos cañoncitos se devoraron, ni te va a dejar una notita de agradecimiento por tantos momentos de pasión compartida. Porque no le importás un carajo. Igual que a los jugadores de fútbol, que se cambian la camiseta en cualquier momento sin importar el proyecto empezado, o sin importar que el año que viene juegan la Libertadores por haber salido campeones, sin importar que se van al equipo de la contra. Eso sí, cuentan con tu boludez y se despiden en la prensa con un "me gustaría volver a darle todo a esta hinchada maravillosa, y terminar mi carrera en este equipo que tanto quiero". Dicen eso porque si los hinchas y el periodismo lo quieren, cuando se haya llenado los bolsillos -sin compartir nada con vos, claro- quiere que "alguien" haga lobby para que los directivos de turno lo traigan de nuevo y conseguir laburo en la misma panadería de tu barrio, como si nada hubiera pasado, y que todos alienten la fidelidad a sus colores. Fidelidad TUYA, que te quedaste alentando a los 20 laterales derechos que pasaron desde que se fue hasta que volvió de las Europas.

El jugador no hace nada malo. Hace lo mismo que el panadero y que vos. Se trata de ganar la vida. Si tu jefe no te tiene en cuenta o si no te pagan bien o si en otro lado te pagan mejor, te mandás a mudar.
El gil acá es el hincha. Porque es cómplice involuntario de todo el negociado de los jugadores, sin poder juntarse a recoger su parte. ¡Y encima le agradece al jugador! Pero no le agradece al panadero porque cree que el panadero no defiende sus mismos colores.
¡Qué equivocados que están todos! No se dan cuenta de que el tiempo pasa y las cosaas ya nunca volverán a ser como antes. Hay que evolucionar como evolucionaron los jugadores y darle a cada uno lo que corresponde. Si ellos ganan millones, y si tu aliento les da prensa y vidriera, si ellos obtienen mucho más por hacer lo mismo que hace 30 años hacían sus padres, entonces que el hincha también obtenga algo más, que sea partícipe de esa evolución, que parte de esa guita sirva para techar las putas canchas y que no te cagues de frío, que el codificado en vez de salir plata te salga gratis y que tenga premio el equipo con más rating garpando un asado para los hinchas(?).
Si el fútbol se hizo millonario, no puede ser que el único boludo que invierte más plata que antes sea justamente el que apoyó siempre desde abajo para que el circo crezca.

Y ni hablar de los partidos comprados ni de los que van para atrás por plata, mientras vos seguís saltando en el tablón con la inocencia de quien cree que el resultado puede ser cualquiera. Ni hablar.

Evolucionen hinchas. No sean giles. Van a ver como los vana venir a buscar con propuestas más atractivas.

sábado, diciembre 15, 2007