Cuando se termina el 2013, año de mierda si lo hubo, me topo con un post de La redó, que habla del año de San Lorenzo, del infierno al cielo en 365 días.
Al toque, aun sin terminar de leerlo, entro a Youtube y aparece recomendado este video de 27 minutos llamado Caslamarca.
En Octubre, mientras el cielo llovía una eternidad, anunciando que en menos de 12 horas mi vieja se iba para siempre, San Lorenzo jugó la final de la Copa Argentina en Catamarca.
30 mil personas. 100 micros de gente. Una revolución nunca vista. Como suele hacer San Lorenzo cuando hace algo. Siempre primero. Siempre movido por la pasión.
Y se perdió. Es que no era momento para festejos. Sin embargo alguien armó este precioso documentalito, con los textos que emocionan de Eduardo Bejuk, que tiene razón en todo lo que dice.
Y algunas veces, o siempre, la lógica termina ganando.
Esos pibes que lloraron la final, ese técnico que se quiso ir, todos esos, y nosotros también, sonreímos dos meses más tarde cuando robamos las tapas de todos los diarios y acuñamos un momento más en la historia de alegrías cuervas.
Cada uno en su lugar, cada uno en su momento, con o sin compañía, recordará ese 15 de diciembre para siempre.
Hinchada que siempre es titular. Hinchada que no falta nunca en la formación del campeón. Hinchada que nunca le hizo un feo ni se dejó ganar, ni fue para atrás aunque premie la bronca.
Siempre la hinchada se lleva el premio a mejor jugador.
Un ladrillito más, de color azul o rojo, puesto en ese interminable sueño que se llama San Lorenzo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario